(Con mucho cariño para Ricardo y Claudia, teatreros
arriesgados y extremos)
Me castiga tu prescencia, me castiga tu ausencia.
Te castigara mi prescencia y tambien mi ausencia?
Creo que jugamos a ver quien se cansa primero.
Para que jugar asi? solo ganara la indiferencia.
Es indiferencia que se ha montado en nuestro orgullo,
haciendolo egoista,lascivo y perverso.
No hemos cruzado miradas por que tememos que nuestros miedos
nos desenmascaren haciendonos sentirnos vulnerables.
Hemos perdido nuestro motivo de encanto,nuestro lenguaje,nuestra
presencia acompañante mutua,nuestra sonrisa, el brillo de nuestros ojos
que ansiosos por platicar entre ellos.
El extrañarnos se nos ha hecho rutina.
Me he refugiado en mis pensamientos, en mis lecturas, en mi musica.
Nuestra terapia no funciona, por que hemos perdido el poder; el poder
del habla.
El habla del no me habla,el habla de la ingratitud.
El maldito orgullo es quien nos habla para no hablar,es quien hace
quien hace que nos escondamos en la tierra de la nada, donde..........
no existe el habla.
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